No te quiero sino porque te
quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no
te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo
porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la
medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal
vez consumirá la luz de Enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome
la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y
moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y
fuego.
Pablo Neruda
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